La fase de acción es el momento en que las ideas, el compromiso y la planificación previa se convierten en medidas tangibles que transforman la teoría en realidad. Es en esta fase donde las políticas de inclusión neurodiversa se materializan a través de la implementación de proyectos y la adaptación de entornos urbanos para satisfacer las necesidades de todas las personas, independientemente de sus características neurológicas. Este paso es crucial para asegurar que los avances en concienciación y planificación no se queden en meras intenciones, sino que se traduzcan en cambios concretos y sostenibles en la vida cotidiana de las personas neurodivergentes.
Uno de los componentes más importantes de esta fase es la adaptación de infraestructuras para hacerlas más accesibles a personas neurodiversas. Esto puede incluir una amplia gama de intervenciones, tales como:
Modificaciones en Edificios Públicos: Asegurar que los edificios gubernamentales, centros educativos, bibliotecas, y otros espacios públicos sean accesibles para personas neurodivergentes. Esto puede implicar la creación de rutas claras y señalizadas, la instalación de iluminación ajustable, y la reducción de estímulos sensoriales intensos que puedan ser abrumadores.
Espacios Sensibles a las Necesidades Sensoriales: Crear "zonas tranquilas" o áreas de bajo estímulo sensorial en lugares públicos, como centros comerciales, parques y estaciones de transporte. Estos espacios ofrecen un refugio para quienes pueden sentirse sobrecargados en ambientes ruidosos o caóticos, permitiéndoles participar en la vida comunitaria de manera más cómoda y segura.
La inclusión efectiva también requiere la creación de espacios de apoyo dentro de los centros comunitarios. Estos espacios están diseñados para ofrecer recursos específicos a personas neurodivergentes y sus familias:
Salas de Apoyo y Recursos: Establecer salas dedicadas dentro de centros comunitarios que ofrezcan recursos, asistencia y orientación personalizada para personas neurodivergentes. Estos espacios pueden proporcionar acceso a tecnologías asistivas, asesoramiento especializado y actividades adaptadas que promuevan el bienestar y la inclusión social.
Programas de Apoyo Psicosocial: Desarrollar programas de apoyo psicosocial dentro de estos centros, que ofrezcan terapia ocupacional, grupos de apoyo y talleres diseñados para mejorar las habilidades sociales y de vida diaria de personas neurodivergentes. Estos programas no solo ayudan a los individuos, sino que también proporcionan un valioso apoyo a sus familias y cuidadores.
Otra dimensión crítica de la fase de acción es la integración de consideraciones neurodiversas en el diseño y ejecución de programas culturales y educativos:
Currículos Inclusivos: Adaptar los currículos educativos para que sean más inclusivos, ofreciendo materiales de aprendizaje que se adapten a diferentes estilos cognitivos y fomentando un ambiente de aula que respete y valore la diversidad neurocognitiva. Esto también implica la formación continua de docentes para que estén equipados con las herramientas y estrategias necesarias para apoyar a estudiantes neurodivergentes.
Programas Culturales Adaptados: Desarrollar y promover programas culturales que sean accesibles para personas neurodivergentes. Esto puede incluir la adaptación de museos, teatros y eventos culturales para que sean sensorialmente amigables y accesibles a todos los públicos, permitiendo una mayor participación y disfrute de la cultura local.
El diseño urbano juega un papel crucial en la inclusión neurodiversa. En esta fase, se deben implementar planes de urbanismo que consideren las necesidades de las personas neurodivergentes:
Diseño de Espacios Públicos Sensorialmente Amigables: Planificar y construir espacios públicos que sean amigables con las sensibilidades sensoriales, como parques con áreas de tranquilidad, zonas peatonales con señalización clara y accesible, y espacios recreativos que consideren la seguridad y el confort de todos los usuarios.
Mejoras en el Transporte Público: Adaptar el transporte público para que sea más accesible y acogedor para personas neurodivergentes. Esto puede incluir la formación del personal en la atención a necesidades específicas, la instalación de señalización visual y auditiva clara, y la creación de zonas de espera menos ruidosas y más organizadas.
Formación de Personal Municipal y Comunitario: Capacitar al personal municipal y a los trabajadores comunitarios en la atención y apoyo a personas neurodivergentes. Esto es fundamental para asegurar que todas las personas, independientemente de sus capacidades neurológicas, reciban un trato adecuado y respetuoso en todos los servicios municipales.
La fase de acción es fundamental porque es donde los compromisos se traducen en cambios reales y visibles en el entorno urbano. La implementación de estas medidas no solo mejora la calidad de vida de las personas neurodivergentes, sino que también crea una ciudad más inclusiva y equitativa para todos. Los espacios públicos y privados adaptados, los programas educativos y culturales inclusivos, y los servicios municipales sensibles a la neurodiversidad son componentes esenciales de una ciudad que valora y celebra la diversidad en todas sus formas. A través de estas acciones, se puede avanzar hacia un entorno urbano donde todas las personas, independientemente de sus capacidades, puedan participar plenamente en la vida comunitaria y disfrutar de un entorno que respeta y apoya sus necesidades únicas.